La policía lanzó gas lacrimógeno, utilizó cañones lanza agua y una brigada a caballo para dispersar el sábado a miles de manifestantes de chalecos amarillos. Quienes se reunieron cerca de un histórico monumento en París al final de una marcha en la capital francesa. En el 14to fin de semana consecutivo de movilizaciones.

Exclamaciones antisemitas proferidas por un reducido número de inconformes contra el famoso filósofo francés Alain Finkielkraut. En el trayecto de la protesta fueron el amargo epílogo de un día de tensiones.

Nubes de gas lacrimógeno inundaron la explanada del Palacio Nacional de los Inválidos y opacaron el domo dorado que corona el monumento que alberga la tumba de Napoleón.

La tensión también caracterizó a las manifestaciones en otras ciudades.

En Ruan, Normandía, un vehículo al que los manifestantes obstruían embistió a la multitud y dejó cuatro personas levemente heridas, dijo el canal noticioso BFMTV.

La policía utilizó gas lacrimógeno y chorros de agua en Burdeos. Un baluarte del movimiento de los chalecos amarillos y otras ciudades en el 14to sábado consecutivo de protestas.

Otra manifestación en la capital fue convocada para el domingo a fin de conmemorar tres meses cumplidos desde que el movimiento efectuó su primera protesta nacional el 17 de noviembre.

En París, diversos insultos, algunos antisemitas, de un reducido número de manifestantes chalecos amarillos estuvieron dirigidos contra el filósofo francés. Poniendo de relieve excesos que surgen al interior de un movimiento cada vez más dividido con sectores radicales.

El presidente Emmanuel Macron tuiteó que “los insultos antisemitas proferidos, son la absoluta negación de lo que somos y lo que nos hace una gran nación”.

El presidente se sumó a un coro de críticas en Twitter.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, denunció “el surgimiento del odio acendrado”, mientras que el portavoz del gobierno Benjamin Griveau dijo que “la bestia horrible se esconde en el anonimato de la multitud”.

Los insultos incluyeron “¡Sionista!”, “Regrésate a Tel Aviv!” y “¡Somos Francia!” Finkielkraut había manifestado en algún momento su solidaridad con el movimiento, pero lo censuró en una reciente entrevista con el diario Le Figaro.

Algunos manifestantes de chalecos amarillos han emitido puntos de vista racistas o antisemitas en internet y durante las protestas.

AP

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