Cancún.- El coatí conocido en la Península de Yucatán como Tejón, es una peculiar especie de los mamíferos, miembro del género Nasua Naríca, y que es desconocido para muchas personas, pero resulta adorable a simple vista.

El tejón también conocido como pizote, antón o tejón, es una especie muy sociable, pero no recomendada para ser domesticada, ya que posee afilados dientes y poderosas patas. En otros regiones se le conoce como coatí de cola anillada. Su nombre, originario proviene del guaraní, es Coá-tí que significa Nariz alarga.

Coatí o Tejon que vive en la Península de Yucatán

Hábitat del Tejón Yucateco

El coatí habita exclusivamente en el continente americano, se encuentra distribuido desde el norte de Arizona en Estados Unidos, a través de México, centroamérica y hasta el norte de Argentina.

Habitan en ambientes selváticos o semi-selváticos  húmedos y cercanos a cuerpos de agua o ríos. Son de hábitos arborícolas, ya que pasan gran parte de su vida sobre los árboles y se moviliza con gran  destreza, desplazándose a través de las ramas como si fuera un mono, utilizando su larga cola para aferrarse en caso de correr el riesgo de caerse.

Evitan los espacios demasiado abiertos, como las llanuras, y prefieren vivir en lugares provistos de árboles y abundante vegetación donde encuentran refugios; de hecho es muy común verlos en zonas de áreas verdes por ejemplo, de la Riviera Maya.

Características

El coatí es un animal similar a un mapache, pero de colores castaños, su cola es larga y gruesa. Su nariz es alargada y muy puntiaguda, tiene patas cortas y cada una cuenta con cinco garras muy fuertes.

El coatí también posee dos orejas muy pequeñas, que casi no sobresalen de su larga cara. La mandíbula superior es mucho más estirada que la inferior. Además, miden en promedio unos 90 centímetros, incluida su cola que es equiparable al largo del cuerpo.

“Posee unas poderosas zarpas y unos tobillos con doble articulación, lo que le permite caminar a cuatro patas por superficies verticales sin ningún problema, además de descender de los árboles boca abajo”, comentó Azucena Martín, bióloga adscrita a la Secretaría de Medio Ambiente.

Son omnívoros, comen desde insectos hasta vertebrados, pero también ingieren frutas y verduras. Por lo general también se alimentan de los huevos de otros animales y pueden comerse las crías. Suelen buscar su alimentación durante el día.

“En su dieta están los frutos, insectos adultos y sus larvas, cangrejos, caracoles y pequeños vertebrados, como víboras, ranas y aves”, apuntó.

Reproducción

Según el portal Patrimomio natural el celo de estos animales se produce entre fines invierno y principios de primavera, momento en que los machos solitarios se incorporan a los grupos y se muestran mucho más agresivos hacia otros machos adultos.

“Realizan rituales de reconocimiento mutuo, una vez que se identifican la pareja de coatíes esta lista para el apareamiento. La gestación dura aproximadamente entre 65 y 70 días y la hembra da a luz una sola vez al año de dos a seis crías”, agregó.

La madre las oculta en resguardos que encuentra en troncos huecos o entre matorrales bien espesos. Poco después de una semana abren los ojos y antes del mes caminan por la ramas. Las crías son destetadas a los 4 meses, tienen el tamaño del adulto  al primer año y alcanzan la madurez al segundo.

Sus depredadores naturales son los felinos como el puma, ocelote, jaguar, así como las boas, las aves rapaces y el ser humano ha modificado y disminuido su hábitat debido a diferentes actividades económicas.

“Se adaptan fácilmente a la presencia humana, sin embargo no es una especie que deba vivir domesticada, ya que durante la adultez se vuelven agresivos en la época de apareamiento y pueden llegar a sufrir calvicie por estar en cautiverio” finalizó.

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MC

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