Cancún.- En un acto que trasciende las fronteras de la vida misma, la familia de un trabajador del Tren Maya fallecido ha demostrado un altruismo que perdurará a través del tiempo, ya que donaron sus órganos.
Ana María “N” y su hijo tomaron la decisión de donar los órganos de César “N”, conocido entre sus compañeros como el “ingeniero Castel”, quien dejó un legado de compromiso y seguridad en su labor cotidiana en el Tren Maya.
Este noble gesto se llevó a cabo en el Hospital General Regional No. 17 de Cancún, donde el personal de salud formó una valla y aplaudió el paso del féretro hacia el quirófano, un homenaje a la generosidad del donante.
Este acontecimiento marcó la primera procuración multiorgánica del año en Quintana Roo, gestionada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), permitiendo la donación de riñones, piel, hueso y córneas.
César “N” había sido parte del IMSS como responsable de seguridad en Puebla antes de unirse al proyecto del Tren Maya. Su dedicación a proteger y asegurar el bienestar de sus compañeros fue una constante en su vida profesional.
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Trabajador del Tren Maya fallecido, donante de órganos desde su juventud
Fuera del ámbito laboral, el compromiso de César y Ana María con la ayuda comunitaria se remonta a sus días de juventud en los scouts, un lugar donde se encontraron y donde nació su deseo compartido de ser donantes de órganos.
El impacto de esta decisión no solo se limita a la ayuda inmediata a quienes esperan un trasplante; también representa un consuelo para la familia, sabiendo que parte del ser querido sigue viviendo y ayudando a otros.
Este acto de donación adquiere un significado aún más profundo tras el incidente del año pasado, cuando su hijo estuvo cerca de necesitar un trasplante de córnea, reafirmando su compromiso de apoyar a quienes enfrentan desafíos de salud.