Aunque el litoral del Caribe Mexicano pierde entre uno y dos metros de playa al año, la construcción de nuevos complejos hoteleros no se detiene. Este fenómeno contrasta con las advertencias de especialistas que alertan sobre el riesgo que esta presión constructiva representa para el ecosistema costero y la estabilidad ambiental.
Erosión persistente y alerta ambiental
Finalmente las dunas costeras de Quintana Roo enfrentan un desgaste acelerado que amenaza con colapsos y pérdidas de playa. Observadores locales señalan que la capacidad de carga de estas zonas ya estaría rebasada. Un desarrollo turístico irresponsable podría exacerbar el problema, al colocar infraestructura en zonas de delicado equilibrio natural.
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Turismo e inversión que ignoran riesgos
Pese al deterioro evidente de la playa, promotores y autoridades continúan otorgando permisos de construcción. La lógica económica del turismo, con alta demanda de alojamiento, prima sobre la resiliencia costera. En 2025, Cancún y la Riviera Maya han liderado la construcción hotelera en México: más del 90 % de los nuevos cuartos se concentran en esa región.
Hacia un turismo sostenible (o no)
Por último para algunos expertos, el modelo dominante requiere una revisión urgente. Se propone que los nuevos desarrollos consideren riesgos de erosión, cambios de línea costera y afectación a ecosistemas de playa. Hasta ahora, la teoría de “crecimiento con cuidado ambiental” luce poco aplicada en terreno.
